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Debacles bancarias, finanzas conductuales, y el desafío del espagueti

Debacles bancarias, finanzas conductuales, y el desafío del espagueti

March 20, 2023

¡A manera de celebrar este año mi 25 aniversario en la industria bursátil, no podía faltar otra crisis financiera internacional!

Desde que inicié en el sector en 1998, las principales crisis financieras internacionales que han ocurrido en este período han sido:  Crisis Financiera Asiática (1997-1998), Crisis Financiera Rusa (1998), Burbuja Puntocom (2000), Escándalo de Enron (2001-2002), Crisis Financiera Global (2007-2008), Crisis de la Deuda Europea (2009-2012), Desplome del Mercado de Valores Chino (2015), y la Pandemia de COVID-19 (2020-?).  ¡Y a esta lista habría que agregarle la Crisis de Fondos de Inversión de Costa Rica (2004)!  

A principios de año, el Foro Económico Mundial hablaba de que el mundo se encuentra en una “’Policrisis”.  Pero enfocándonos en los eventos de las últimas dos semanas, me pregunto qué nombre le asignarán a la crisis actual ? Ustedes pueden escoger entre las siguientes opciones: “Crisis de Bancos Regionales”, “Crisis Internacional de Confianza de los Bancos”, “Crisis de Tasas de Interés”, etc.  De repente, tal vez puedan ponerle un nombre más descriptivo como “Crisis del Déjà vu”, “Crisis de no hemos aprendido nada en los últimos 25 años”, “Crisis de hasta cuando aprenderemos”, etc.

Las principales lecciones aprendidas de este último cuarto de siglo podría resumirlas en: liquidez, diversificación, vigilancia constante, y humildad.  Adicionalmente, podemos mencionar la importancia de la transparencia y la rendición de cuentas (en general), los peligros de la asunción de riesgos excesivos (Ej. Burbuja Puntocom y la Crisis Financiera Mundial), la necesidad de una regulación y supervisión efectivas (en general), la importancia de una buena planificación financiera y gestión de riesgos (en general), y la necesidad de cooperación y coordinación internacional (casi todas).

A estas alturas y debido a la amplia cobertura de los medios, ustedes ciertamente conocen de la debacle de Sillicon Valley Bank (SVB) y la venta forzada de Credit Suisse.  El primero tras 40 años de existencia y ser el decimosexto banco en EE. UU., terminó siendo intervenido por los reguladores tras una súbita y descomunal corrida bancaria motivada por la drástica reducción en el valor de su portafolio de inversiones, la cual provocó una perdida de USD 1.8 billones en la venta de títulos valores para poder cumplir con los retiros de los depositantes. Esta situación a la vez fue generada por una pésima gestión de riesgos de activos y pasivos, tolerancia de una deficiente regulación del sector bancario, y empeorada por una fuerte concentración en depositantes en un solo sector (nicho de startups). Según publicó el Financial Times, la unidad de asesoría de BlackRock (principal gestor de activos del mundo) había advertido a SBV que sus controles internos de riesgo de su portafolio de títulos valores eran sustancialmente inferiores a los de sus símiles. A pesar de que la gerencia escuchó las advertencias de los asesores externos, decidió no extender la asesoría, perdiendo así la oportunidad de implementar eventuales mejoras en su gestión de riesgos.     

La debacle del segundo vino después de varios años de múltiples crisis y fue más como se dice en inglés, un “a slow moving trainwreck” (“un descarrilamiento lento de tren”).  O como diríamos en castellano, “crónica de una muerta anunciada”.  Una línea de emergencia de USD 54 billones por parte del banco nacional suizo no pudo evitar la estrepitosa caída del valor de su acción durante la semana pasada; por lo que Credit Suisse ayer terminó sus 167 años de historia al ser objeto de una adquisición impuesta por los reguladores locales.  El segundo banco suizo por activos fue adquirido ni más ni menos que por su mayor competidor local, UBS, por un monto de USD 3.25 billones.

Desde hace años, Credit Suisse viene plagado de escándalo tras escándalo.  Primero fue la condena de USD 2.6 billones por parte de los reguladores estadounidenses en el 2014 por ayudar a sus clientes a evadir impuestos. En el 2019 vio su reputación afectada al apoyar la salida a bolsa de una empresa china que reportaba ventas fraudulentas.  La saga continuó en el 2020 con la renuncia del CEO, Tidjane Thiam, tras dos escándalos de alto perfil de espionaje interno. Algunos medios aquella época reportaron que el génesis de estos escándalos de espionaje fue el de una supuesta jornada pugilística (o grecorromana) entre el CEO y uno de sus más altos lugartenientes. 

El principio del fin vino en el 2021, cuando el banco perdió alrededor de USD 5.5 billones por su exposición de derivados tras el colapso del fondo de coberturas estadounidense Archegos Capital.  Previamente a fundar Archegos Capital, su CEO Bill Hwang había sido suspendido de operar en la bolsa de Hong King por cuatro años, tras acusaciones de transar con información privilegiada.  A pesar de los cargos regulatorios y penales, Credit Suisse continuó operando con Archegos Capital.

Una posterior investigación externa concluyó que Credit Suisse permitió a Archegos Capital tomar riesgos “desmedidos y potencialmente catastróficos” en el portafolio de permutas (swaps), las cuales llevaron a la implosión del fondo de coberturas.  Meses antes del colapso del fondo de cobertura, analistas internos de Credit Suisse expresaron varias preocupaciones con respecto a la capacidad operativa de sus colegas de la unidad de riesgos. Eventualmente a estos analistas de Credit Suisse se les dijo que dichas deficiencias habían sido subsanadas.  La cereza en el pastel vino en el 2022, cunado una campaña de especulación en medios sociales acerca de un eventual colapso del banco, provocó que sus clientes retiraran billones de dólares. Desde ese momento, la salida de fondos del que fueses segundo banco en Suiza aceleró sin detenerse.

¿Ustedes se preguntarán, qué tienen en común las debacles de SVB y Credit Suisse? Que ambas tuvieron una pésima gestión de riesgos e ignoraron riesgos reputacionales y las advertencias de asesores externos e internos. Lo anterior nos lleva a un breve repaso de finanzas conductuales, materia que estoy convencido, es hoy más relevante que nunca.

De acuerdo a estudios académicos, un problema de finanzas conductuales que puede tener un gestor de portafolio es el sesgo de exceso de confianza. Este sesgo podría llevar al gestor a creer que tiene conocimientos y experiencia superiores en comparación a sus competidores y, como resultado, puede ser reacio a buscar o aceptar asesoramiento de fuentes externas con respecto al rendimiento de la cartera. Pueden creer que pueden lograr mejores resultados por sí mismos, lo que puede conducir a una falta de diversificación o asumir un riesgo excesivo en sus decisiones de inversión. En general, el sesgo de exceso de confianza puede tener consecuencias negativas para la toma de decisiones financieras, incluida la gestión de carteras, y puede llevar al gestor a rechazar valiosos consejos de asesores externos.

Hay varios otros sesgos de comportamiento que puede tener un gestor de inversiones que podrían llevarlo rechazar o ignorar el asesoramiento de asesores internos / externos con respecto al desempeño del portafolio, que incluyen:

Sesgo de confirmación:es la tendencia a buscar e interpretar información de una manera que confirme creencias u opiniones preexistentes. Un gestor con este sesgo puede buscar únicamente información que respalde su estrategia de inversión existente e ignorar la información que la contradiga, lo que los lleva a descartar los consejos de asesores externos.

Sesgo de anclaje:es la tendencia a confiar demasiado en la primera información recibida al tomar decisiones posteriores. Un gestor con este sesgo puede tener una idea preconcebida de cómo sería una estrategia de inversión exitosa y no estar dispuesto a desviarse de ella, incluso si los asesores externos sugieren enfoques alternativos.

Sesgo de statu quo:es la tendencia a preferir mantener el estado actual de las cosas antes que hacer cambios, incluso si los cambios pudieran conducir a mejores resultados. Un gestor con este sesgo puede resistirse al cambio y puede dudar en aceptar el consejo de asesores externos, ya que podría requerir una desviación de su estrategia de inversión actual.

Sesgo de exceso de confianza:es la tendencia a sobrestimar las habilidades y el conocimiento de uno. Un gestor con este sesgo puede creer que es capaz de tomar decisiones de inversión sin la participación de asesores externos, lo que lo lleva a rechazar el asesoramiento externo.

En los últimos años he tenido el gusto de mantener conversaciones continuas con algunos gestores de fondos de pensiones de América Latina y revisar sus portafolios en una coyuntura tan interesante como los es la diversificación hacia mercados internacionales.  Me he topado con casos excepcionales en mercados de la región un poco más desarrollados, donde tienen muy claro el día a día y tienen un nivel muy sofisticado. Resaltan casos donde al principio de su incursión en los mercados globales tuvieron humildad y buscaron mandatos con terceros (gestores experimentados) para ir aprendiendo sobre mejores prácticas internacionales. Paralelamente a este aprendizaje, fueron construyendo su capacidad técnica “in-house” y eventualmente fueron asumiendo mayores responsabilidades, disminuyendo los mandatos, y contratando asesores externos para que revisaran continuamente el desempeño de portafolios gestionados interna y externamente.

Hoy en día no es nada fácil gestionar portafolios institucionales de inversión, sobre todo con este clima de debacles bancarias, riesgos geopolíticos, inflación, políticas monetarias restrictivas, valoración de portafolios, e incertidumbre sobre la intensidad de una eventual recesión. Y, por si fuera poco, los gestores de fondos de pensiones en América Latina adicionalmente tienen que lidiar con cambios regulatorios, politización de parte de gobiernos populistas (de ambos espectros políticos), y una historial de nacionalización y/o de intervencionismo al utilizar los fondos de pensiones como “alcancías” para hacer y deshacer con sus planes de gobierno.  La politización incrementa cuando los líderes populistas (desconociendo las mejores prácticas técnicas) empiezan a hablar de “pérdidas” (aunque contables y no realizadas) por invertir en mercados internacionales, clamando inmediatamente por repatriación de fondos para invertirlos en los mercados domésticos.  Estos discursos pueden ser muy peligrosos dado que repatriaciones en momentos tan volátiles harían que pérdidas contables se conviertan en pérdidas realizables.  Esta solución populista también empeoraría el panorama para las eventuales pensiones de los afiliados dado que muchos de los mercados de la región no son tan profundos, y que, de llevarse a cabo, implicaría una mayor concentración del riesgo de mercado y riesgo país.

Todo esto me lleva a cerrar este blog con el desafío del espaguetiNo estoy hablando del experimento errado que hacen algunos de tirar cantidades de espagueti al cielo raso con la esperanza que alguno tenga éxito y quede pegado para así determinar si está al dente (aunque algunos portafolios internacionales que he visto parecieran seguir la misma lógica).

Estoy hablando del desafío del espagueti de MIT, también conocido como el desafío del espagueti de Richard FeynmanEste fue un experimento realizado por el físico teórico y premio Nobel Richard Feynman en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) en la década de 1960.  El experimento consistió en pedirle a un grupo de estudiantes que encontraran la forma más eficiente de quebrar un espagueti crudo en dos partes iguales. La tarea parecía simple, pero resultó ser extremadamente difícil debido a la tendencia del espagueti a doblarse y quebrarse en patrones impredecibles.

La solución más eficiente para el desafío del espagueti, según Feynman, era sostener el espagueti por ambos extremos y aplicar una presión de flexión en el centro, lo que hace que se rompa en dos partes iguales. Feynman utilizó este experimento para ilustrar cómo la complejidad de los sistemas puede dificultar la solución de problemas aparentemente simples. Además, el experimento demostró la importancia de pensar creativamente y considerar múltiples soluciones posibles.

Desde entonces, el desafío del espagueti se ha convertido en una herramienta popular para enseñar habilidades de resolución de problemas y trabajo en equipo en una variedad de contextos y campos, incluyendo la enseñanza de resolución de problemas, la ingeniería, la psicología, negocios, y la economía conductual. El desafío del espagueti puede aplicarse a las finanzas de varias maneras. Una forma de aplicar esta teoría a las finanzas es pensar en los mercados internacionales como sistemas complejos que están compuestos de partes interconectadas, similares a los hilos de espagueti enredados en una olla. Cada instrumento financiero, como una acción, bono o materias primas, representa un hilo en este sistema, y los movimientos de estos instrumentos pueden crear patrones y relaciones complejas.

Al igual que el desafío del espagueti implica encontrar la ruta óptima a través de un enredo de hilos de espagueti, los gestores de portafolio internacionales deben navegar la complejidad de sus inversiones y ser conscientes de que las interconexiones entre los diferentes activos pueden generar riesgos inesperados. Esto requiere un análisis cuidadoso y una comprensión de las tendencias del mercado, los indicadores económicos y otros factores que pueden afectar el rendimiento de diferentes inversiones.

Además, el desafío del espagueti se puede aplicar a la gestión de portafolios, donde el objetivo es encontrar la combinación óptima de inversiones que maximice los rendimientos y minimice el riesgo. En este contexto, el desafío es encontrar el equilibrio adecuado entre diferentes clases de activos, como acciones, bonos e inversiones alternativas, e identificar interconexiones y las mejores inversiones dentro de cada categoría.  Los gestores deben pensar más profundamente en las complejidades de los mercados financieros y a desarrollar estrategias para navegar estas dificultades con el fin de alcanzar sus objetivos de inversión.

¿Entonces, aparte de aplicar el desafío del espagueti, que puede hacer un gestor de pensiones regional con respecto a su gestión de portafolios internacionales ?Demostrarle a los reguladores y políticos populistas que la gestión de riesgos de sus portafolios internacionales es sólida y que está a la altura de los grandes fondos de pensiones alrededor del mundo.  Para lograr esto necesitan continuar desarrollando capacidades que los lleven a mejores prácticas internacionales, tener una mayor anuencia a otorgar mandatos a terceros, y contratar asesores externos que les brinden una opinión objetiva y sin sesgos conductuales sobre sus portafolios internacionales.

En Terrafort Capital estamos en la mejor de las disposiciones de apoyar a los gestores institucionales de la región a “desenredar” sus inversiones y contribuir a una mejor gestión de riesgo y desempeño de sus portafolios internacionales. Contáctenos para empezar esta conversación. Deseándoles una excelente semana y ¡buon appetito!

 

Disclaimer: el anterior blog no es consejo de inversión, solicitud de inversiones, ni receta de cocina